La Conducta


El comportamiento social se define como toda conducta dirigida a la sociedad y que se estudia, sobre todo, desde el prisma de la Psicología, Biología o Sociología. Hay términos que desde la Etología o la Biología conviene aclarar.
Pocos animales existen que sean tan sociales como el ser humano. Necesitamos de los demás para conocernos a nosotros mismos, mantener una salud mental equilibrada e incluso para sobrevivir. Somos seres completamente gregarios.
Existen pautas animales de comportamiento que también son puramente sociales: mientras que las abejas forman un entramado de relaciones, comunicación y jerarquía con otros miembros de su especie, las ratas literalmente se deprimen si están solas en una jaula (no siendo así si tienen a otra con quien interactuar).
El comportamiento social se da dentro de una misma especie, es decir, se trata únicamente de conductas o relaciones intraespecíficas. Por su parte, otras conductas, como la depredación o parasitación involucran a miembros de otras especies (relaciones interespecíficas) y, por tanto, no se consideran sociales.
Desde la Antigüedad, y de la mano de filósofos tan influyentes en el pensamiento occidental como Aristóteles, ya se dibujaba la relevancia de la conducta social y de la sociedad para la vida de las personas.
Para el polímata, el ser humano era un animal social cuya esfera privada era indivisible de la social, pues es en la sociedad las personas nos formamos moralmente, siendo ciudadanos y relacionándonos con el entorno.
Hoy, la moderna Psicología bebe de puntos de vista como el cognitivismo o el estudio de la personalidad para abordar el comportamiento en sociedad. Estas ópticas será precisamente de lo que hablemos a continuación.

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